secuelas físicas

Alrededor del 40 % de los supervivientes de sepsis sufren efectos graves y duraderos, entre ellos diferentes secuelas físicas.

Los coágulos sanguíneos y la mala circulación de la sangre durante la sepsis pueden provocar que los tejidos del cuerpo se vean afectados o mueran, haciendo que en algunos casos sea necesaria la amputación de dedos o extremidades.

Asimismo, los pulmones pueden sufrir daños que generen problemas respiratorios. Otros órganos, como los riñones o el hígado, también pueden verse afectados.

Además, por razones desconocidas, las personas que han sufrido una sepsis tienen un mayor riesgo de sufrir otra infección grave, o incluso otra sepsis.

Algunos de los problemas físicos que puede provocar una sepsis son:

• Incapacidad o dificultad para caminar.

• Dolores crónicos o pérdida de sensibilidad en manos y pies.

• Problemas para tragar, comer y beber.

• Pérdida de pelo, uñas y piel (en las semanas posteriores al alta hospitalaria).